El pasado sábado 1 de Noviembre realicé la última tirada larga, llamémosle de fuerza (subir, subir y subir o arenar, arenar y arenar) de la pretemporada. A partir del Lunes vuelven las series, los rodajes rápidos, los rodajes largos.... mejor, ya había ganas de que volvieran. Igual que cuando acaba una temporada vas contando con los dedos de las manos los días de series que te quedan, me he dado cuenta que cuando estás en pretemporada estás deseando volver a hacer calidad para coger el pico de forma que tenías.
Este rodaje lo hice con Jorge, que venía requeante de sus molestias, y de rodar no más de 45 minutos durante dos semanas, pero no se le notó en absoluto esa falta de rodajes y aguantó los 80 montañosos y duros minutos como un jabato.
Y digo montañosos y duros porque así lo fueron. Teníamos ganas de rodar por aquella zona, carreteras de montaña que se ven a través de la autopista y que nunca fuimos capaces de ubicarlas. De hecho, ya lo intentamos hace algo más de un año y lo único que conseguimos fue quemar alquitran recien hecho a 37º grados al sol.
Conseguimos dar con el comienzo de los caminos, y casi sin calentar, en poco más de un minuto, ya estábamos con una subida de kilómetro y medio al 10% de desnivel. Eso, para empezar, ya te va minando poco a poco, pero eso no fue lo peor, lo peor fue la siguiente subida, más de dos kilómetros y medio al 17%. Repecho rompedor física y sobretodo psicológicamente, ya que llega un momento en el cual crees que se termina, y la montaña te fulmina el alma con 500 metros más de dura subida.
Así que, después de todo esto, no me extraña que cualquier tachuela nos pareciera el mismísimo Mortirolo. Pero al final pudimos acabar con decencia y se cumplió el expediente y el objetivo de rodar adquiriendo fuerza en las piernas. Una pena que no hiciéramos algunas fotos para dejarlas aquí expuestas, pero... A partir del lunes, a ponerse finos, vuelven las series y los rodajes rápidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario