Pero, y como siempre hay un pero, una piedra en el camino, en forma de lesión, me ha obligado a parar y a replantearme toda la temporada. Lo que al principio parecía una simple sobrecarga, se ha convertido un pifostio de padre y muy señor mío. Vamos a ver, líbreme Dios de ser quejica, digo de padre y muy señor mío para lo que en principio parecía que era. Que sí, me siento afortunado de que de momento no vaya a más, ya que se conocen casos peores, bueno, muchísimo peores.
Sigo con la historia. Lo dicho, lo que parecía una simple sobrecarga en el piramidal al resultado ser consecuencia de una sobrecarga en los abductores que se tradujo en una sobrecarga en el Psoas ilíaco lo que se volvió a traducir en el piramidal, que era donde más me molestia. La consecuencia, prácticamente un mes parado y, por supuesto, mi baja definitiva para la prueba catalana.
Me he puesto en manos de fisio, y, a día de hoy, a Dios gracias, la cosa va mejor, bastante mejor. Todavía con pequeñas molestias, pero, al menos me dejan rodar y con la esperanza de que se vayan totalmente y pueda realizar los entrenos normales que me lleven a replantearme los nuevos objetivos de lo que resta de temporada.
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