Quisiera, antes de nada, mandar mi más sincero pésame a las familias de las víctimas del trágico suceso ocurrido en la tarde de ayer en Madrid. Ojalá puedan recibir de todo el mundo ese ánimo que es absolutamente necesario, y, aunque son momentos difíciles, puedan seguir adelante. Yo, desde mi modesto hueco, les mando todo el ánimo y estoy con ellos, ha sido una tragedia que realmente he sentido y me ha llegado al alma.
Bueno, pues ya pasó el gran día. A un kilómetro de siete aguas y a una hora y media del comienzo de la prueba ya se veía un ambiente realmente excepcional. Nos enfrentamos a la carrera de asfalto más dura que se organiza por éstas tierras. La más dura y la más prestigiosa.
Tenía algo de presión, ya que me había concienciado y preparado para bajar la marca del 2007, una gran marca, 58’42”. Pero cada año es distinto, y éste año, a diferencia del pasado, llegaba con una temporada larga, 13 meses de duro entrenamiento. Aún así, hice todo, entrené todo lo que pude, cuidé la alimentación….. pero.. no pudo ser. Al final, 59’35” y es que el deporte no es una regla de tres, y se ha demostrado muchas veces que dos más dos no son cuatro.
Y aunque no me gustaría que sonase a excusa, las condiciones climatológicas no tuvieron nada que ver con las del 2007. Para empezar, de los 26º grados que había en la salida del 2007, se pasó a los 31º con los que empezamos éste año. Y, sobre todo, el viento, el fuerte viento que soplaba de poniente (y que no estaba en ninguna predicción meteorológica)y que pegaba de cara en los tramos claves del recorrido, como el muro, la subida al cerro y la larga subida de la salida del pueblo, no tuvo nada que ver con el flojo viento de levante que sopló en 2007 y que ayudaba en esos tramos clave. Estas condiciones marcaron a todos los atletas.
Y digo marcaron, porque a la mayoría de ellos se les fue la marca una media de aproximadamente un minuto. He contado unos 10 atletas invitados por la organización a los que la marca se les fue con respecto al año anterior. Empezó bien la carrera, y en la primera parte iba por debajo de mi marca en unos 20 segundos, después de haber superado el temido muro y la primera subida al cerro. Pero fue en el tramo que va del 5 al 9, tramo duro, con fuerte sol y viento seco de cara, que hizo que la boca se me secara en exceso y no pudiese casi ni encontrar un suspiro. Creo que en ese tramo me desfondé en exceso. Aún así, llegué al km 12 con aspiraciones de bajar la marca, porque solamente iba con 7 segundos de retraso, pero… fue girar hacia el cerro, volver a tener viento fuerte de cara y ahí ya se me fue todo.
Al final, como digo 59’35”, unos 50 segundos más que el año anterior. Lástima, hice todo lo posible por bajarlo, pero… lo volveremos a intentar en 2009, con más fuerza que nunca y quizá con algo más de frescura que éste año. Me queda la satisfacción del trabajo cumplido, haberme dejado todo en el, este año sí, ardiente asfalto de siete aguas, y me queda el consuelo que, vista las dos clasificaciones, 2007 y 2008, a muchos le pasó lo mismo que a mi.
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